Las damas victorianas de clase media alta y alta cambiaban su vestimenta varias veces al día. Estos sectores eran los únicos con el poder adquisitivo para seguir las tendencias en cuanto a ropa. Para darnos una idea, de acuerdo con un dato de 1867, un ajuar de lujo costaba 100 libras; según una encuesta de ese mismo año, casi el 88% de la población inglesa ganaba menos de 100 libras esterlinas al año.
Vestido de mañana
Este era un vestido "de casa" con un diseño simple; por lo general, mangas largas, escote alto y pocos adornos. Podía usarlo para cocinar o reunirse con su ama de llaves. Por lo general, los dobladillos de estos trajes eran cortos, apenas tocaban el suelo. El dobladillo del vestido podía ser corto, pero a menudo tocaba el suelo por delante y por los lados, con una cola de no más de quince centímetros en la espalda.
Aunque los vestidos de mañana estaban destinados a ser prendas cómodas, podían ser bastantes estructurados. En las décadas de 1850 y 1860, las faldas eran grandes, mientras que en los 70 y 80 se optó por una silueta esbelta. A finales de la era victoriana, muchas damas usaban batas de té sin corsé para estar en casa. Estas se usaban en el tocador, para el desayuno o las horas de ocio (en privado).
Vestido para pasear
Vestido de tarde
Estos vestidos (también destinados para las visitas) eran incluso más elaborados que los de paseo. Se caracterizaban por un escote más bajo y por llevar cola (si la visita era a pie, se desaconsejaba esto último). Cuanto más distinguida era la persona a la que se visitaba, más lujosa era la vestimenta.
Vestido de cena
Este tipo de vestido era más formal que los anteriormente mencionados, pero no tanto como el de noche. Tenían una cola de hasta 10 pulgadas y mangas hasta el codo. Los escotes podían ser bajos, pero entre los 70 y los 80 estuvieron de moda los vestidos con cuello alto.
Generalmente se confeccionaban con telas brillantes como el brocado de seda, satén o terciopelo. Eran adornados con cuentas de vidrio, encaje o flores.
Vestido de noche
Era el traje más espléndido del guardarropa. Sus mangas solían ser cortas y las colas medían hasta 65 pulgadas de largo. Entre 1837 y 1877, el estilo del vestido de noche fue semejante al de día, pero con dos diferencias importantes: las mangas eran más cortas y el escote era más pronunciado. Esto último no estuvo exento de críticas.
A finales de la década de 1830, los hombros quedaban descubiertos, con un escote recto y en forma de corazón. Las pulseras y cintas para el cuello hechas de terciopelo se hicieron populares como accesorios para la noche. Los guantes eran esenciales para el atuendo de noche, pero había otros accesorios como el abanico o el ramo de flores. El cabello se adornaba también con flores, a menudo dispuestas en coronas. El propio vestido, fabricado con volantes, también era adornado con flores, encajes y cintas. A principios de 1860, el escote era casi cuadrado y con una curva profunda sobre los hombros. La cintura se volvió recta en lugar de puntiaguda.
A finales de 1870, The Ladies' Book of Etiquette escribía sobre los peligros para la salud de las damas que vestían vestidos ligeros, exponiéndose al frío de la noche.
Fuentes:
Goldthorpe, Caroline (1988) From Queen to Empress: Victorian Dress 1837-1877. Disponible: https://archive.org/details/FromQueentoEmpressVictorianDress18371877/mode/2up
Harris, Kristina (1999) Authentic Victorian fashion patterns: a complete lady’s wardrobe. Disponible: https://zlibrary.to/pdfs/authentic-victorian-fashion-patterns-a-complete-ladys-wardrobe-pdf
Matthews, Mimi (2018) A Victorian Lady's Guide to Fashion and Beauty. Disponible: https://es.scribd.com/book/444840685/A-Victorian-Lady-s-Guide-to-Fashion-and-Beauty
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